El exceso de información errónea está generando desinformación en los padres y madres. Y esto, a su vez, está provocando relaciones de apego negativas.
El cómo se desarrolle el apego entre madres y padres con sus hijos e hijas, no sólo va a determinar la relación familiar sino la propia autoestima del/la menor.
Cada vez más se escucha el consejo médico a las madres primerizas de dar de mamar a sus retoños cada 3 horas. Cada 3 horas. Quizá deberíamos preguntarnos ¿nosotros comemos y bebemos cada 3 horas o cuando tenemos hambre o sed?
Cuando el personal sanitario informa a una madre que su hijo/a tiene que comer cada 3 horas implica varias consecuencias realmente negativas:
1ª- El rechazo que puede provocar el bebé en su madre o padre cuando llora por hambre antes de haberse cumplido ese tiempo estipulado “¡Pero bueno, si no ha pasado ni una hora y media! ¡No puedes tener hambre!”
2ª- Puede provocar que no se produzca suficiente leche. Para la producción de leche es necesaria la estimulación del lactante mediante la succión, sólo de esta manera nuestro cerebro sabe que tiene que fabricar leche. Si no se succiona no se fabrica. Parece obvio, pero en muchas ocasiones hemos oído consejos como que hay que dar de mamar cada 3 o 4 horas para dar tiempo a las mamas a que se llenen de leche. Cuando es todo lo contrario.
Con la primera consecuencia vemos claramente cómo afecta a la relación de apego madre-hijo/a y también padre-hijo/a. Como se les ha informado que el bebé tiene que comer cada 3 horas si lo pide antes parece que nos enfada. Como estamos desinformados, en lugar de pensar que los bebés pueden tener hambre o sed en cualquier momento y por lo tanto es normal que nos lo pida, pensamos que nos ha salido un bebé tragón y que por tanto no podemos ni salir a tomar un café porque en cualquier momento puede llorar por hambre o sed. Es decir, nuestra visión de nuestro/a hijo/a consciente o inconscientemente se torna de bebé fastidioso que nos impide hacer cosas porque no come cuando debería, que es cada 3 horas. Sin embargo la visión debería ser que nuestro bebé es un bebé perfectamente normal con unas necesidades básicas que necesitan ser cubiertas. Nada más.
La segunda consecuencia es aún peor para el sistema de apego, sobre todo madre-hijo/a. Cuando una madre no fabrica leche suficiente para alimentar al bebé los sentimientos que le generan son realmente negativos. Le invade la culpa y una imagen de sí misma negativa por no poder alimentar a su cría. Lo cual va a favorecer un estado de ánimo en la madre que va a afectar negativamente la relación vincular con su bebé. Es realmente poco frecuente que una mujer no fabrique leche suficiente, en la mayor parte de los casos simplemente esto se solucionaría con alimentar al bebé cuando lo demandara.
Durante los primeros meses de vida los y las bebés requieren una atención prioritaria. A medida que van creciendo van ganando en autonomía y poco a poco van necesitando menos ayuda por parte de sus progenitores. Llegado este punto no querría terminar este post sin recordar que un buen apego es sinónimo de una buena autoestima no de dependencia. Es decir, si queremos que nuestro hijo/a sea una persona autónoma, independiente, y feliz tenemos que forjar un apego seguro desde que nacen. Ello implica satisfacer sus necesidades, calmarlo cuando llora, darle de comer o de beber cuando tiene hambre o sed, no cuando un libro nos lo indique.
Si pensamos que si satisfacemos todas las necesidades de nuestro bebé lo que estamos haciendo es favorecer que sea una persona dependiente estamos confundidos. Es todo lo contrario. Si no acudimos ante su llamada lo que aprende es que cuando necesita a su madre o a su padre y llora (que es su único medio para avisarles puesto que no sabe hablar) estos no acuden, lo que estamos favoreciendo es un estado de indefensión en el bebé. Nadie le calma, por lo tanto se vuelve inseguro/a, miedoso/a.
Piensa, ¿qué siento cuando mi bebé llora y tengo que dejarle llorar para que aprenda? ¿Te pones triste?¿te pones nervioso/a? ¿te sientes mal? Los bebés piden lo que necesitan. Cuando llora no te está probando, ni te está manipulando. No saben hacerlo. Cuando lloran es porque te necesitan.
Lo que hagas en estos primeros momentos con tu bebé marcará tu relación futura y su propia personalidad. Se responsable.
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