¿Por qué no se debe vestir igual a los hermanos?

La identidad de la persona es lo que la hace única. Esta identidad se va constituyendo a lo largo de todo el desarrollo evolutivo. Se constituye en función de la imagen que las personas significativas hayan devuelto al niño/a, y éste/a se ve a sí mismo/a como sus padres le ven. Esto es, el origen de su autoestima.

De cómo se desarrolle esta autoestima dependerá la mayor parte de su estado psicológico en el futuro.

Los y las hermanos/as ya comparten el cariño de sus padres, su tiempo, el día del cumpleaños (en caso de ser múltiples), etc. Por lo tanto, en lo que si podemos diferenciarlos, tenemos que aprovecharlo y, hacerlo, para ayudarles a construir su propia individualidad.

Ayudarles a que se sientan especiales y diferentes. Tomarnos tiempo para conocerles, atender a sus necesidades, fomentar sus habilidades de manera individual. Necesitan atención por separado para que se puedan desarrollar plenamente.

A los bebés que nacen de partos múltiples les une un vínculo muy especial, que debemos saber respetar. De la misma manera los padres deben proporcionarles espacios diferentes y favorecer la individualidad de cada uno en mayor medida.

Para favorecer el óptimo desarrollo de su identidad debemos evitar vestirles igual, cada uno ha de tener su ropa, diferente, que le haga diferenciarse del otro. Para también ayudar al resto de las personas a que les puedan diferenciar más fácilmente. Se han de priorizar las necesidades del niño en detrimento de la comodidad de los padres por no “complicarse la vida comprando ropa diferente” o por “lo guapos que están iguales”.

Además sería importante no llamarles con nombres parecidos o poner el nombre del padre o de la madre al que nace primero. Así como referirse a los gemelos o mellizas como si fueran un pack “María y los gemelos”, cada uno tiene su nombre y no debemos tratarlos como un pack sino como dos personas diferentes que es lo que son.

Hagamos un esfuerzo y pongámonos en su lugar porque sólo así entenderemos la verdadera importancia que tienen todos los detalles que, desde nuestro punto de vista, vemos así, como detalles sin importancia.