No quiere comer

Por Carolina Aguilera Alimentación Infantil No hay comentarios en No quiere comer

Estoy algo desesperada porque mi hijo de 20 meses sólo quiere comer si le doy el ipad. ¿Qué puedo hacer?

Muchas gracias por trasladarme tu preocupación, intentaré darte un poco de luz a este tema, que además, preocupa a muchas madres y padres.

Lo primero que quiero decirte es que nuestra sociedad no está adaptada a los ritmos de los niños. Todo parece estar muy reglado con horarios rígidos que impide tener, en muchos casos, momentos tranquilos donde no tengamos que mirar el reloj. Tu hijo de 20 meses no sabe de horarios, para él todo es juego, no tiene interiorizadas normas sociales de educación como la puntualidad, ni siquiera han desarrollado el concepto de empatía, por lo que no puede ponerse en el lugar del otro.

Por este motivo muchas familias optan por agudizar el ingenio e intentar entretener a los niños para que “vayan más rápido”.  Aquí es donde entran en juego las pantallas durante las comidas y frases como “si no comes te quito la tele o el ipad o el móvil”  lamentablemente, se han convertido en habituales en la mayor parte de las casas de nuestro país. Entiendo que en algún momento le facilitaste la tablet por necesidad y ahora te ves incapaz de que coma sin ella.

Para los niños los medios audiovisuales resultan extraordinariamente estimulantes, quedando atrapados en sus pantallas de manera casi “hipnótica”. Esto, como decía al principio, facilita mucho la tarea de unos padres, que, en muchas ocasiones, no tienen tiempo de ir al ritmo de sus hijos. (Pero en realidad comer despacio es saludable, y es lo que todos deberíamos hacer. Quizá una solución sería empezar a comer antes).

El uso de tecnología para niños de esta edad tiene consecuencias, que no son positivas para ellos. Lo primero que tienes que saber es que el uso de las pantallas no es aconsejable antes de los 24 meses.  Algunos ámbitos sanitarios lo extienden a los primeros 36 meses. Esto se explica porque los tres primeros años de vida son críticos para el cerebro infantil, que se desarrolla tocando, escuchando, oliendo, gustando y moviéndose.  Es mediante la exploración del mundo, a través de donde se forman sus capacidades. Los bebés pueden quedar enganchados a los colores brillantes, y a las formas y movimientos atractivos de una pantalla, pero sus cerebros son incapaces de entender el significado de esas imágenes, bizarras para ellos.

Muchos estudios han demostrado que la exposición temprana a las pantallas se asocia con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y disminución de la capacidad de autorregularse.

Si la razón de ayudarnos con las pantallas para que nuestros hijos coman, se debe a nuestra necesidad de que se acaben todo lo que les ponemos en el plato, entonces deberíamos saber:

Los niños tienen la capacidad innata de regular la cantidad y la variedad de comida que deben comer. Es decir, nacen sabiendo autorregularse. Por eso siempre se aconseja la lactancia a demanda, porque ellos saben cuándo tienen hambre y cuando están saciados. Es la educación posterior, a la que todos hemos estado sometidos, la que nos ha desconectado ese instinto. Lo cual tiene como consecuencias la obesidad, los atracones, la ansiedad a la hora de alimentarse, etc.

Los niños saben cuándo tienen hambre y cuánto hambre tienen. Además también saben regular el tipo de alimento que necesitan. Para una información más detallada, recomiendo “mi niño no me come” del pediatra Carlos González.

Por eso el concepto de autorregulación es tan importante, pero este instinto podemos modificarlo, incluso anularlo cuando obligamos a los niños a comer más de lo que necesitan, o cuando les distraemos con las pantallas. Está comprobado que ese tipo de distracción influye en una mayor ingesta de comida, más de la que necesitan.

Finalmente si la razón de introducir la distracción de las pantallas en la hora de la comida viene determinada por conseguir que nuestro hijo que se quede quieto en la mesa, no se levante, se “porte bien” deberíamos de adaptar nuestras expectativas a la edad de nuestros hijos. Los niños no son adultos en miniatura, tienen sus propias necesidades. Y aunque, hay que ir enseñándoles normas sociales, siempre ha de hacerse respetando sus ritmos. Habría que ir marcándose objetivos: no podemos pretender que un niño de dos años esté sentado toda la comida, coma con cubiertos y pida las cosas por favor. Mejor ir uno a uno.

Por tanto, y para finalizar, te diría que seas realista con lo que esperas de tu hijo y con la cantidad de comida que le vas a dar. Es importante que no fuerces a tu hijo a comer, como te decía, él sabe autorregularse.

Así mismo deberías sustituir las pantallas por otra cosa que sea más sana para él. Los niños de esa edad son felices cuando sus padres les hacen caso. Cuando les hacen sentir importantes. Podéis contar un cuento en la comida, hablar de cosas que le gusten, hacer cosas divertidas (como hacer un restaurante en casa sirviéndole con una bandeja, montar un picnic…) Además de hacerle comida que le guste, puedes disfrazar algún alimento que no le guste que consideres que debe comer (en función de sus necesidades) en esta web tienes ideas divertidas y verdaderas obras de arte de platos: http://www.sevillaconlospeques.com/samantha-lee-arte-culinario-para-ninos/

Espero haberte ayudado, recibe un cariñoso saludo.

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