Psicología Infanto-Juvenil

Por Carolina Aguilera Apuntes No hay comentarios en Psicología Infanto-Juvenil

CRIANZA RESPETUOSA

El ser humano es el primate que nace neurológicamente más inmaduro por lo que son las crías de la naturaleza que más cuidados necesitan en los primeros años. Sin embargo, en la actualidad se ha construido un nuevo modelo que trata a los bebés ignorando por completo su falta de habilidades para la supervivencia y en muchos casos sus necesidades emocionales. De esta manera nos encontramos ante situaciones como bebés llorando solos en sus cunas mientras sus madres y padres no les atienden porque creen que les están enseñando a dormir solos. Los niños ya saben dormir, lo que necesitan es a sus progenitores cerca. O alimentar a los bebés cada un tiempo estipulado por otros adultos y no por su propia demanda de necesidad de ingesta alimenticia.

 

psicología infantil

Imagen obtenida de http://www.bebesymas.com

 

Desde el Centro de Psicología Carolina Aguilera entendemos que la crianza ha de dar un giro y ha de verse desde una nueva (o quizá no tan nueva) óptica. Tenemos que revisar estos conceptos que tan interiorizados tenemos como el de malcriar a los/las hijos/as. Malcriar a un bebé no es calmarle cuando llora y satisfacer sus necesidades, “mal-criar” es hacer todo lo contrario, desatenderlos. La crianza ha de ser un proceso en el que impere el respeto, el amor, la comprensión.

Criar es acompañar a nuestros/as hijos/as en su proceso de crecimiento, ayudarle a desarrollarse, inculcarle valores que les hagan sentirse seguros/as. Todo ello impregnado de cariño, respeto y comprensión, sólo de esta manera desarrollarán una mejor autoestima por lo que serán niños felices, capaces de afrontar los retos de la vida. Por el contrario, los niños y las niñas con carencias afectivas, incomprendidos/as por sus madres y padres tenderán a más baja autoestima que les convertirán en personas más infelices e inseguras, que en muchos casos se revelará en forma de agresividad. Por eso es tan importante el vínculo que las madres y padres desarrollen con sus hijos e hijas. En consulta un alto porcentaje de demandas de ayuda psicológica son como consecuencia de alteraciones en el vínculo afectivo.

Los niños y niñas que no tienen satisfechas estas necesidades emocionales suelen poner a prueba a sus padres y madres buscando si en realidad les quieren. En muchas ocasiones esto puede ponerse de manifiesto utilizando comportamientos agresivos hacia las personas que más quieren y más necesitan. Siendo estos comportamientos casi siempre malinterpretados por los padres y madres. Lo cual conlleva una cronificación de la insana relación.

Desde el Centro de Psicología Carolina Aguilera valoramos de imprescindible ponernos en el lugar de nuestros hijos e hijas. Al igual que lo hacemos con los adultos. Solo de esta manera vamos a poder crear un vínculo seguro que nos haga felices a toda la familia. No podemos caer en el adultocentrismo y pensar que nuestros hijos e hijas son nuestros y nuestras y han de pensar y hacer las cosas como queremos los adultos.

Educar no debe ser coartar, imponer o frenar a los/as niños/as. Educar es acompañarles, escucharles, comprenderles, intentar ver el mundo desde sus ojos para que se sientan queridos y confíen en nosotros. Desde esta base podremos indicarles los peligros, e inculcarles los valores que les hagan sentirse seguros, de esta manera obtendremos resultados mucho más satisfactorios.

 

MODO DE TRABAJAR

Conocer con exactitud el problema o dificultad del/la menor es el primer objetivo, para ello se lleva a cabo la tarea de Evaluación. Para este cometido se cita inicialmente, si los hubiera, a los dos progenitores.

Se recogen sus demandas y se realiza un estudio sobre la historia vital de su hijo/a. Así mismo, se realiza una exploración de los padres de todos aquellos aspectos necesarios para abordar el motivo de consulta. Posteriormente se evalúa al niño-a, y se trata los objetivos de la terapia que vamos a abordar en las sesiones, lo cual se comparte con los responsables del menor, explicándoles detalladamente en una sesión de devolución, el diagnóstico del caso. El proceso de Intervención, según la necesidad, se lleva a cabo de las siguientes maneras:

– Individual: con el/la menor

– Familiar : con los miembros de la familia para tratar de ayudar a resolver conflictos personales y relacionales, sirviéndose además de todos los recursos y aspectos positivos que ya existen y pudieron haber servido en otros momentos.

Cuando se alcanzan las metas marcadas, se lleva a cabo la fase de seguimiento hasta el cierre final del tratamiento.

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